Salvo casos muy excepcionales, lo habitual es que quien desee cambiar de empleo no quiera que sepan de ello en su empresa actual y de esta forma evitar una serie de situaciones muy incómodas, tanto con jefes como con compañeros o incluso contactos que tengamos en otras empresas del sector.
Exploraremos en este artículo algunas claves para evitar estas desagradables situaciones y llevar con discreción una búsqueda mientras se está trabajando. Ya verás que sobre todo es tener sentido común.
#1 No busques trabajo durante el trabajo.
Parece evidente, pero en tu horario laboral no deberías estar en portales de empleo o retocando tu CV. Es posible que en tu empresa se rastree la actividad en Internet o simplemente que pase alguien por allí y se fije en tu ordenador.
El trabajo nuevo se busca en casa, tampoco es buena idea utilizar el tiempo libre de la comida si vas a utilizar el ordenador del trabajo con este fin. Recuerda, se trata de minimizar el riesgo de ser pillado.
#2 No se lo digas a nadie, ¡pero que a nadie!
Es fácil que tengamos un buen amigo en el trabajo en el que confiemos mucho, y quizá «se nos escape» nuestra intención o un día nos vea ilusionados porque hemos recibido una buena noticia y al preguntarnos le contemos de nuestra búsqueda de otro empleo… ¡Error!
Por mucho que confiemos en él, este asunto es secreto, jamás lo puede saber alguien que trabaje en tu empresa y sea compañero laboral, ya que las posibilidades de que al final se acabe enterando alguien se multiplican, con todo el riesgo que ello conlleva.
#3 No uses tu contacto de trabajo.
Evidentemente, en tu búsqueda laboral no facilites nunca como contacto tu email, teléfono o dirección del trabajo. Debes usar siempre datos de contacto estrictamente personales y así debe figurar en tu CV.
Y las tarjetas de visita de tu empresa actual nada de ir repartiéndolas a posibles empleadores o en entrevistas, como es lógico.
#4 No atiendas tu teléfono personal en horario laboral.
Cada empresa tiene sus normas al respecto, pero parece que no sería buena idea atender una llamada de un número de teléfono desconocido u oculto, que bien podría ser procedente de una oferta de empleo a la que enviaste tu CV.
No es buena idea porque seguramente querrán hacerte una entrevista telefónica y es evidente que no es el momento para ello, además, ten por seguro que se nota en tu tono de voz que has recibido una llamada «especial» y eso hará que tus compañeros y personas que puedan estar escuchándote tengan curiosidad, te puedan preguntar o directamente sospechar.
Quizá la mejor opción sea responder la llamada más tarde en un momento más oportuno o dejar que dejen un mensaje en el buzón de voz, para contactar más tarde.
# 4 Sé discreto y prudente en LinkedIn y redes sociales.
Parece obvio que no debes indicar nada que pueda hacer sospechar de tu condición de buscador de empleo. Nada de sugerir que estás abierto a nuevas posibilidades o en búsqueda activa, etc.
En LinkedIn debes cuidar especialmente los grupos en los que estás inscrito, ya que hay muchos (y muy buenos) de oportunidades laborales y que tus contactos vean que estás en esos grupos puede poner en evidencia tus intenciones… y por supuesto que esto se hace más delicado cuando esos contactos son compañeros, jefes, etc.
Te aconsejo que para este tema de LinkedIn veas este vídeo que publiqué hace poco: 4 claves en grupos de LinkedIn para encontrar empleo.
Además la discreción debe ser ampliada a todas tus redes sociales: no vayas divulgando en Twitter o Facebook comentarios del tipo: «Hoy tengo una entrevista» o «La entrevista ha salido genial, espero que me llamen». Tampoco es recomendable quejarte abiertamente de tu trabajo, compañeros o jefe, no des pistas de que no estás contento y de que quieres cambiar cuanto antes.
Ya sabes que el mundo es un pañuelo y por muy bien que creas tener acotada la visibilidad de tus redes, ten cuidado, no vaya a caer esta información en quien menos desees.
#5 No te inventes excusas para salir a una entrevista.
Al final las mentiras pueden ser detectadas, y créeme que no conviene nunca inventar excusas para acudir a una entrevista de trabajo. Hoy dirás que tienes que ir al médico, mañana que has de acompañar a algún sitio a tu anciana madre, y pasado… al final tu solo estarás levantando todas las sospechas.
Para entrevistas hay que utilizar días libres, vacaciones o ser entrevistado antes de entrar o al salir. Incluso si estás trabajando puedes pedir que te entrevisten a horas atípicas como a las 14:30 ó 15:30 horas. Un entrevistador profesional se hará cargo de la situación e incluso lo apreciará, ya que denota responsabilidad e integridad profesional con tu actual empleador, y eso es algo que gusta a cualquier empresa.
#6 Cuidado con el uniforme de trabajo, si lo tienes.
Eso me ha pasado a mí como reclutadora, el recibir a un candidato que iba vestido con el uniforme de su empresa en ese momento, ¡el cual además era competencia! Ten por seguro que esta fórmula no es la idónea para conservar el anonimato de tu candidatura y pasar desapercibido, ya no por la empresa que te entrevista, sino porque puedes ser visto por la calle y eso puede fundamentar sospechas al respecto de la situación.
#7 Procura saber qué empresa hay tras un proceso de selección confidencial.
No es buena idea postular a un puesto de tu misma empresa sin saberlo… y estas cosas pasan. Por eso, en caso de que la empresa que no revele su identidad, analiza toda la información disponible para descartar que sea la tuya propia e incluso si es a través de una consultora, puedes tantear al consultor que te atienda, y seguro que te dará pistas suficientes como para descartar o confirmar que se trata de tu propia empresa.
En cualquier caso si en tu CV figura tu empresa actual, él mismo se hará cargo de la situación y no permitirá que avances en el proceso de selección.
¿Tienes alguna sugerencia más que añadir? ¡Cuéntanosla! 😉