Recientemente hablábamos de algunos motivos por los que probablemente no es buena idea presentar a una oferta de empleo un currículum B o con menos méritos de los que tenemos realmente, ya sea en forma de experiencia profesional o titulaciones académicas.
Si has decidido no recortar en tu propia candidatura e ir con la verdad por delante para presentarte a ofertas para las que a priori estás sobrecualificado, te presento algunas claves para orientar tu candidatura y evitar que, a pesar de ello, se te pueda considerar como un candidato elegible.
Aviso a navegantes: en esta vida, como en todo, hay empresas buenas y malas y este artículo está orientado pensando en que se va a presentar una candidatura en una empresa mínimamente honesta y razonable. Si la empresa es una calamidad y un intento de explotación al trabajador, sinceramente lo mejor será no intentar trabajar en ella.
Algunas claves para orientar tu candidatura si crees estar sobrecualificado para el puesto:
1. Considera si estás realmente sobrecualificado o no para el puesto.
Muy detenidamente, especialmente si se trata de un sector que haya evolucionado con mayor rapidez en los últimos tiempos. Me estoy encontrando con casos en los que profesionales que eran altamente cualificados hace unos años han descuidado su reciclaje y actualmente se han quedado «desfasados» en el panorama actual.
Investiga tu sector en profundidad para evitar estas sorpresas y que lo que podría ser sobrecualificado hace unos años en la actualidad sea lo contrario.
2. Prepara concienzudamente tu CV.
Eso no significa recortarlo, sino enfocarte y centrarte en aquella parte que será especialmente apreciada y relevante para la empresa que va a recibir la candidatura.
No quites toda la valiosa experiencia o formación académica que tengas, sino que se trata de hacer énfasis en aquello que el reclutador quiere leer, en lo que realmente es importante por encima de una posible sobrecualificación.
3. Hazte fuerte en la carta de presentación.
Aprovéchala de forma especial para aclarar por qué se está dispuesto a trabajar en un puesto a priori «pequeño» para nuestra valía como candidatos.
Mi recomendación es que no caigas en un argumento «dramático» («necesito trabajar en cualquier cosa») y que busques un argumento más «profesional» en el que destaques cómo de bien encajas en ese puesto para aplicar tus conocimientos o experiencias previas y cómo eso aportará un importante valor. Además este argumento debe ser igualmente defendido en una entrevista personal, tenlo en cuenta.
4. Transmite seguridad en el futuro empleador.
Uno de los más importantes temores que tiene una empresa que contrata a alguien que supera las expectativas de un puesto es que cambie tan pronto como pueda a otra empresa que le ofrezca un puesto acorde a su nivel.
No es fácil transmitir esta seguridad, pero por ejemplo se puede proponer un acuerdo de permanencia mínima en la empresa, lo cual a la empresa empleadora le dará relativa tranquilidad, y al nuevo empleado le dará tiempo de explorar la empresa, destacar en su puesto, ser relevante y quizá tener opciones de mejorar su posición hacía un puesto donde ya no esté tan sobrecualificado.
5. Sé consciente de que el salario será el del puesto.
Si le gustas a la empresa, esta sabrá que tu salario debería ser mayor al que realmente te va a ofrecer, y puede que duden en ofrecerte el empleo a sabiendas que un candidato sobrecualificado podría rechazarlo de inmediato. Cuando salga el tema del dinero, sé consciente de la situación: van a pagar por el puesto, sin tener en cuenta esta sobrecualificación que sin duda vendrá bien a la empresa.
Si han anunciado el salario desde un principio, ya sabes lo que hay, y si no lo han hecho, investiga qué se está ofreciendo en el sector para ese puesto y cuando se mencione este asunto admite que estás dispuesto a trabajar por el salario medio o adecuado para el puesto que están buscando.
6. Ten la mentalidad adecuada.
Si se afronta esta situación como un descenso profesional, seguramente no se tenga excesivo éxito en ningún proceso de selección. Si se acude con desgana o con desprecio, esas cosas se notan y no llevan a ninguna parte.
Se suele decir que para tomar impulso hay que dar un paso atrás, y así se llegará después más alto. Seguro que si conseguimos pensar de esta manera lograremos más y mejores resultados, tanto en ese puesto como en la evolución que se pueda conseguir a partir de ahí.
¿Cómo afrontarías tu este paso atrás para coger impulso? 😉