Una pregunta que, por complicada, difícil y hasta desagradable que parezca, nos van a hacer casi con toda seguridad si nos encontramos en situación de desempleo. Como con todas las preguntas de una entrevista, la base de una buena respuesta reside en una excelente preparación previa. Ahora es el momento de pensar en qué decir, no después con la tensión propia de una entrevista.
Como recomendación general, sé honesto y concreto. No es posible irse por las ramas para dar respuesta a este tema determinado. Si esquivas la respuesta, se notará, y eso te alejará de continuar en el proceso de selección. Recuerda: siempre es mejor una verdad bien explicada que tratar de ocultar y mentir en algo que no tiene remedio y que siempre estará ahí.
En primer lugar pensemos que el entrevistador es posible que pregunte por el motivo del despido y que este realmente no fuera improcedente, ya que una relación contractual puede finalizar también por cese definitivo o disminución de la actividad de la empresa, algo muy común actualmente, o por finalización del contrato. También es posible que estemos ante un despido procedente o improcedente. Analicemos todas las opciones:
Me despidieron porque la empresa cerró.
La cosa está clara, con motivo de la crisis han cerrado muchas empresas, no hay nada que ocultar. Lo que si es muy positivo es que se conozcan los motivos de cierre, de forma que se demuestre conocimiento e interés en la empresa y el sector en el que se operaba. Es muy posible que el entrevistador muestre interés, ya no por lo que ocurrió en la empresa, sino porque es una forma de ver hasta qué punto estábamos involucrados e introducidos en la vida de la empresa para la que se trabajaba.
Por ejemplo, observa estas dos respuestas que se dan cuando se pregunta por el motivo de cierre:
a) La empresa cerró, no sé más, fuimos un día y nos comunicaron que ya había acabado todo. Sé que las cosas no iban bien, pero ya está.
b) La empresa cerró porque el cliente mayoritario y más importante de la empresa decidió trasladar toda su producción a Asia y la facturación que daba el resto de clientes no garantizaba la viabilidad de la empresa a corto plazo.
Está claro que la segunda respuesta deja al candidato como más y mejor informado de las cosas que pasan a su alrededor, y eso le diferencia de muchos candidatos.
Me despidieron porque la empresa disminuyó su actividad.
La situación es muy similar a la anterior y las buenas y malas respuestas están cortadas por el mismo patrón, con la salvedad de que el entrevistador se pregunta por qué si la empresa sigue existiendo te despidieron a ti y no a otro trabajador.
No hay una respuesta mejor que otra, y ten en cuenta que si eres muy buen profesional en tu actividad, siempre se preguntarán «Si es tan bueno como dice ser, ¿por que lo echaron a él?«. Por eso di la verdad bajo tu punto de vista, pero siempre sin hablar mal de la empresa, jefes o compañeros. Procura centrarte en tu trabajo, en lo que pasaba en tu departamento o división y en cómo a pesar de tu gran esfuerzo y dedicación la situación era, lamentablemente, insostenible.
Una opción que muestra profesionalidad es reconocer que fue una decisión empresarial y objetiva, que aunque muy dolorosa, se hizo de forma transparente y en beneficio de todos a medio y largo plazo.
Me despidieron porque mi contrato finalizó.
Estupendo, tal cual, nada que objetar, estas cosas pasan todos los días en todas las empresas. Terminó el contrato y ya está, quédate con las cosas positivas de esa experiencia laboral y transmítelas como algo bueno que has aprendido y que podrás aportar en una nueva experiencia profesional.
Me despidieron de forma procedente/improcedente.
Si se trató de un despido procedente podemos tener un problema si no explicamos cada detalle tras haberlo reflexionado. No podemos permitir que el entrevistador deje volar su imaginación para pensar qué pudo ocurrir. Si ocurrió algo que se pueda explicar y que puedas justificar, adelante. Si realmente ocurrió algo muy grave, no te digo que mientas, pero si que selecciones con extrema cautela cada palabra que emplees, puesto que no puedes comunicar este hecho dándole aún mayor gravedad.
Si el despido es de carácter improcedente, explícalo, pero hazlo sin rencor o malas formas hacia tu antigua empresa, jefes o compañeros de trabajo. Es algo que ocurrió, nada más, procura centrarte en todas las enseñanzas positivas y enriquecedoras que te aportó esa etapa de tu carrera profesional.
Consejo a tener en cuenta como norma general.
Habla con propiedad y con los detalles justos y necesarios, no te pases dando hasta el más mínimo detalle. Si el entrevistador no te pregunta más sobre el tema tras tu primer razonamiento, no insistas, le vale tu respuesta, continúa trabajando tu entrevista.
Aviso a los lectores: mentir no es buena idea.
Porque es muy posible que quien gestione el proceso de selección haga un par de llamadas para pedir referencias y preguntar por los motivos que hay tras ese despido. Cualquier entrevistador espera que lo que cuente uno y otro no sea exactamente igual, pero no que sean versiones diametralmente opuestas. En este caso, el candidato suele salir mal parado y ahí suele terminar su proceso de selección.
¡Bonus!: Lo que nunca hay que decir:
- «Esta pregunta no es relevante»
- «Por motivos que prefiero no comentar»
- «Fue un asunto personal»
- «Es confidencial y secreto»
Y en general cualquier respuesta que parezca esconder el motivo. Eso significa estar automáticamente descartado. Si la verdad no es agradable, mejor decir la verdad de la mejor forma posible que salir con alguna respuesta que haga dudar de nuestra fiabilidad y sinceridad.