Entre las muchas preguntas que se pueden formular en una entrevista de trabajo, esta es quizá de las que más temen muchas personas que en la actualidad están trabajando. Como suelo decirte, muchas veces no hay una mejor respuesta como verdad absoluta, y este es uno de esos casos.
¿Y qué contestamos?
Como siempre, la verdad, pero siempre con la sutileza adecuada para no generar dudas sobre nuestra respuesta o integridad profesional. Veamos algunas consideraciones a tener en cuenta:
#1. No cuentes una película de terror.
En el sentido de que no es buena idea centrarte en toda las cosas malas que están pasando en tu empresa actual y por las que estás deseando salir corriendo. Recuerda, a las empresas les gusta encontrarse con personas positivas.
#2. Analiza por qué esa empresa es importante para ti.
No te cortes, explica por qué deseas cambiar basándote en la evolución que tiene tu carrera profesional y cómo este nuevo destino es un paso ascendente en tu trayectoria.
#3. Si los motivos no son profesionales, mejor decirlos que mentir.
Si tienes a alguien a tu cargo que necesite de un cuidado especial que no es compatible con el horario de tu actual empleo o si te has propuesto descubrir una nueva ciudad, es mejor decir estas cosas antes que inventar nada.
#4. No menciones el tema del dinero.
Si tu verdadero interés es cambiar por motivos económicos, mala idea para esa futura empresa. La motivación por dinero dura muy poco en las personas (aunque podamos pensar que si) por lo que deberías tener más motivos para el cambio aparte del puramente económico.
#5. Cambio de ciclo.
Muchas personas quieren cambiar de empresa cada 6, 7 u 8 años para cambiar de aires. Esto es respetable y no es malo de por si, pero ten en cuenta que este razonamiento debe ir acompañado de comunicar muy bien que se trata de un cambio de ciclo y que buscas nuevos retos. Debe quedar claro que no te dejas «tareas» pendientes y que te vas habiendo dejado un gran trabajo hecho.