A la hora de hablar de talentos, capacidades, habilidades, etc. podemos diferenciar varias posiciones al respecto. Por una parte hay quienes creen que no se nace con una habilidad sino que se hace al aprender y hacer uso de ella. Otros piensan que se nace con esa habilidad y que por lo tanto la tienes o no la tienes.
A mi estas dos formas de verlo claramente separadas me recuerdan a la típica reflexión filosófica que buscaba responder a la pregunta de «¿Qué fue antes el huevo o la gallina?«. No comparto al 100% estas posturas, sino que mas bien creo que ambas tienen parte de razón.
En el mundo de la selección, hay quienes solo han seleccionado y por lo tanto tienen una visión incompleta del desarrollo de un candidato. Quienes además de seleccionar hemos visto el desempeño del candidato a lo largo del tiempo acabamos por darnos cuenta de que no todo lo que se detecta en el proceso de selección es fiable al 100% e inamovible o invariable. Para bien y para mal.
De ese modo una persona podría nacer con la capacidad de comunicación (habilidad o competencia) pero debido a su poco uso o incluso desprecio de dicha habilidad ser menos eficaz que alguien que no nació con dicha capacidad pero que se ha preocupado de cultivarla. La combinación ganadora sin duda alguna es aquel candidato que descubre su habilidad y la abraza.
Esto has de tenerlo en cuenta ya que en los procesos de selección, se desprecia a quienes llevan «parados» mucho tiempo. El modo de romper ese prejuicio es demostrar que se ha estado haciendo cosas a pesar de no tener empleo y argumentar esa capacidad innata o cultivada que tenemos.
Es aplicable también a estudiantes que acaban de finalizar, porque pese a no tener experiencia en negociación (por ponerte un ejemplo) hay quienes son capaces de hacer que un grupo de 20 personas vaya a su restaurante preferido mediante negociación.
¿Es díficil? Mucho si ni siquiera te conoces bien a ti mismo y por lo tanto no detectas tu habilidades innatas ni mejoras aquellas que sabes serán necesarias en tu futuro profesional.
Da igual la opinión que tenga el seleccionador sobre si es necesario antes la experiencia que la habilidad, la realidad es que es una mezcla de ambas cosas y tienes la capacidad de poder argumentarlo en el CV y la entrevista y ser el elegido gracias a esos detalles.
Ya puse el ejemplo de haber recibido becas, los trabajos voluntarios, trabajitos para amigos, etc. pero con el día a día también se pueden mejorar aquellas competencias que pueden pedir en la oferta. Así pues no dejes que nadie cuestione si tienes experiencia reciente para valorar tus capacidades. Hay quién como en el cuento de la libre y tortuga se echa a dormir en la búsqueda de empleo y quienes llegan lejos porque no piensan descansar ni rendirse nunca.
Busca en tus recuerdos y dime ¿Qué fue antes la experiencia o la habilidad para hacer algo? 😉