Si no te interesa el trabajo, no dañes tu imagen

A nadie le gusta perder el tiempo, ni que se lo hagan perder. En el caso de los procesos de selección, está claro que ni a un candidato ni a la persona que dirige el proceso les gusta perder tiempo.

Te voy a contar una historia real, muy real.

Hace unas semanas realicé un proceso de selección para una destacada pyme de un sector muy especializado que buscaba un perfil muy determinado de técnico comercial. Se decidió utilizar diferentes medios para publicar la oferta de empleo y captar candidaturas, pero ésta se redactó con muchísima información para que los potenciales candidatos apreciaran las condiciones de la empresa sin ninguna duda: tipo de contrato, horario, requisitos, funciones del puesto y hasta el salario, entre otras cosas.

Tras la recepción de CV, análisis de los candidatos, diferentes filtros e incluso entrevistas telefónicas comienzan las entrevistas personales con una primera preselección de 8 ó 9 personas potencialmente interesantes. A todas ellas se les recuerda las condiciones que prometía el anuncio.

Llega el momento de las segundas entrevistas, con 3 candidatos finalistas que eran aptos para el puesto. La entrevista esta vez la dirige un directivo de la pyme que ofrece el puesto. Tras treinta minutos de entrevista y cuando el entrevistador pregunta al candidato si tiene alguna pregunta, éste dice que si el salario es el que le dijeron anteriormente, no le interesa el puesto. Así mismo, como lo estás leyendo. Realmente surrealista y absurdo.

Además, cuando se le indica que se especificaba en la oferta y que se insistió en las entrevistas anteriores (telefónica y presencial), responde que si, que lo sabe, pero que quería negociar. Esto es muy grave: si no te interesa un empleo porque el salario no se ajusta a tus deseos, no hagas perder el tiempo a nadie, directamente no te inscribas en la oferta de empleo, y por supuesto no insistas en hacer las diferentes entrevistas a sabiendas que el salario ofrecido es el que es. Todo el mundo tiene derecho a negociar, pero se dejó bien claro en cada fase que el salario era algo que la empresa no estaba dispuesta a negociar (era un salario adecuado, para nada menor o inferior a lo que se paga en el sector).

El resultado final de este caso es que fue evidentemente descartado y no solo eso, sino que esta actitud le ha llevado a esta persona a que vaya a ser rechazada eternamente de cualquier posibilidad laboral que pueda existir en esa pyme en un futuro, y lo que es peor, en un sector tan pequeño en el que todos se conocen, desde luego que fue una acción nada brillante… Sin duda fue un comportamiento muy poco profesional.

¿Mi recomendación al respecto?

Pues lo mismo que estás pensando desde hace rato:

  1. Lee con mucha atención la oferta. Si no te encaja en aspectos que son imprescindibles para ti, no te inscribas.
  2. Si tras un contacto telefónico te recuerdan algo que no te gusta en dicha oferta, dilo con amabilidad y para ahí el proceso, no sigas.
  3. Si en una primera entrevista vuelves a encontrar aquello que no puedes tolerar en una oferta, detén tu participación con la mayor amabilidad posible.
  4. Si es en una segunda o posterior entrevista cuando decides que ese no es tu puesto, al menos intenta no decir que es debido a algo que hace ya mucho tiempo que se advirtió. Ya que vas a quedar en una situación comprometida, procura al menos que tu imagen profesional no se vea especialmente dañada.

Esto es como si vas a una entrevista para una tienda que sabes que abre de lunes a sábado y festivos y no estás dispuesto a trabajar los sábados… ¡entonces ni envíes tu CV!

*Aviso a navegantes: el salario es negociable cuando la empresa así lo manifiesta y se muestra predispuesta desde un principio. Si en el anuncio o en una entrevista se afirma que el salario es de 18.500 €, es porque así será en un 95% de los casos y no habrá sorpresas. La posibilidad de negociación puede existir si no se dice cifra alguna o cuando el anuncio o el entrevistador dicen expresamente que «el salario es negociable«, que «puede variar según la valía del candidato» o incluso si se ofrece una horquilla salarial orientativa, del tipo «entre 18.000 y 22.000 €«.

Como ya comenté anteriormente en el blog, es muy importante rechazar como es debido una propuesta laboral para no cerrarnos más puertas en el futuro. La carrera profesional es muy larga y nadie debería ponerle frenos a su futuro de esta manera.

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