El curriculum vitae o CV es algo muy vivo todavía, de hecho es la herramienta principal para buscar trabajo y darse a conocer. Lo que nadie se plantea es que los curriculums deben ser personalizados, deben transmitir quién eres y hacer que te recuerden.
Los básicos
Hay ciertos básicos que se deben cumplir por supuesto en la realización de un CV, pues por ejemplo no pueden faltar los datos de contacto y puedo decir que como seleccionadora he recibido CV’s que no tenían estos datos y no había manera de contactar con el candidato. Pero que nos fijemos si tenemos los datos de contacto, nuestros estudios y experiencia laboral no nos asegura un éxito ni nos garantiza conseguir una entrevista. Es como si por poner bien las capas de bizcocho y de relleno en un pastel ya nos lo fueran a comprar.
Un paso más
Esto ocurre cuando se añade la fotografía o datos sobre la persona que hay detrás del curriculum, hay gente que no es partidaria de poner fotografía en el CV (en ciertos países no se lleva, pero no creo que esto se pueda aplicar a España). Fijaos, hay muchos seleccionadores que no llaman a nadie para una entrevista si este candidato no ha puesto una fotografía en el CV. ¿Por qué? Muy sencillo, a las personas nos gusta tratar con personas, nos gusta saber quién hay detrás de las empresas, quién es la persona que está escribiendo ese blog, y por extensión quién es la persona que hay detrás de este papel que recoge su vida profesional. Siguiendo con el ejemplo del pastel, la fotografía o información personal sobre el candidato supone decorar el pastel, aumentando nuestras posibilidades de que lo compren.
Pero… y tu CV ¿tiene gancho?
Sí, se dice y mucho que cuando alguien va a dar una charla debe buscar algo que sirva de gancho o ancla en la memoria del que va a escuchar. Lo que no se plantea casi nadie es que esto mismo debe aplicarse al curriculum. Debes personalizarlo o añadir algo que te diferencie del resto, por supuesto si este algo diferenciador está relacionado con tu trabajo actual o al que aspiras acceder, diríamos en este caso que tu gancho es más grande. Pero muchas veces simplemente rellenando bien el CV lo conseguimos, sobre todo cuando recibes CV que no esconden nada, que son transparentes en la información que están dando y en los que te parece llegar a conocer al candidato sin haberlo entrevistado.
Los seleccionadores cuando hacemos una criba curricular y escogemos a los «favoritos» no solemos recordar los nombres y apellidos, normalmente nos quedamos con el «gancho» de ese CV; a veces es algo en la foto (la chica de la camiseta roja), o algo de su experiencia (el candidato que ha sido autónomo),etc. Esto sería el equivalente a colocarle la guinda al pastel que tratamos de vender.
Dependiendo de la política en la empresa el seleccionador debe presentar los CV preseleccionados o no, pero en cualquiera de los dos casos lo cierto es que las personas usamos etiquetas para recordar más fácilmente a los demás y en este caso cuando no has podido ver en persona al candidato buscas algo dentro de su CV que te haga recordarlo mejor.
Ahora, tomate un momento y hazte esta pregunta: ¿tu CV tiene gancho?